Avances de la Ingeniería Colombiana
Vale la pena resaltar esta mención, si se tiene en cuenta que la primera Ingeniería que se conoció en Colombia fue la Ingeniería Militar. Precisamente, Alfonso Reyes, decano de la facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes, comenta que fue Napoleón quien decidió, al final de sus guerras, desarrollar las más antigua variante de esta disciplina: la ingeniería civil.
“Su objetivo, crear las tecnologías y los procesos necesarios para construir la infraestructura de un país, como son las vías, los puentes, los edificios y las demás obras de este tipo”, dijo.
Con el tiempo fueron surgiendo otras especializaciones, como la eléctrica, mecánica, industrial, electrónica, química, de sistemas y ambiental. Incluso, se ha llegado al punto de contar con más variantes como consecuencia de las intersecciones con otras disciplinas, como por ejemplo la Ingeniería Biomédica y la Financiera.
En cuanto a sus variantes más tradicionales o comunes, estas dependen de la demanda y necesidades de los planes de desarrollo de cada país. Los requerimientos del tercer mundo, como el caso de Colombia, suelen requerir bastantes ingenieros industriales y civiles. En principio –señaló Reyes–, “debería existir una relación intencional entre los planes de inversión a largo plazo de las naciones y el fomento de este tipo de programas académicos”.
Por su parte, Juan Pablo Caballero, director de la Maestría en Ingeniería Industrial de la Universidad Javeriana, explica que el desarrollo de la civilización ha hecho que se generen diferentes problemas que, gracias a la Ingeniería, se han podido resolver de manera eficaz.
“La civil inicialmente atendió la necesidad de tener un resguardo, abrir caminos y cruzar ríos, la industrial permitió aumentar la eficiencia en los procesos y mejorar la gestión de las organizaciones, la electrónica hizo aportes fundamentales para poder comunicarse, y la de sistemas ayudó a organizar y analizar adecuadamente, mediante el uso de los computadores, grandes cantidades de información generadas a partir del desarrollo económico e industrial”, aseguró Caballero.
Sumadas a estos avances científicos y tecnológicos, fueron apareciendo con el tiempo más disciplinas, entre ellas la ingeniería ambiental.
“Esta nació a mediados del siglo XX como respuesta a la profunda preocupación por la conservación del medioambiente y los recursos naturales”, comentó Martha Rubiano, decana de la facultad de Ingeniería de la Universidad Libre.
Indicadores y tendencia
Según el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), los programas académicos de ingeniería activos actualmente tienen 110 titulaciones o denominaciones distintas.“Este número se ha dado de acuerdo con las tendencias y necesidades del mundo globalizado, por la exigencia de incluir otros tipos de conocimientos que le permitan al ingeniero aportar soluciones siendo consciente del impacto económico, social, ambiental, cultural y de seguridad que rodea al entorno”, señaló Argelino Durán, presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI).
En total, las Instituciones de Educación Superior ofrecen 981 programas de este tipo, entre presenciales, virtuales y a distancia, de los cuales al menos el 30 por ciento, es decir, unos 300, cuentan con acreditación de alta calidad.
Por carreras, Sistemas, Industrial, Electrónica, Civil, Ambiental y Mecánica, equivalentes a seis titulaciones, concentran el 59 por ciento de los programas de ingeniería en Colombia.
“Cuando se llega a las 18 titulaciones con mayor número de programas, este valor asciende al 80 por ciento, es decir que 78 titulaciones representan el 20 por ciento del total de las carreras de ingeniería que hay en el país”, explicó Durán.
En el caso de Ingeniería de Sistemas, este número se eleva al 22 por ciento si se tienen en cuenta las titulaciones afines. En relación con la cantidad de ingenieros existentes en todo el país, pese a que no se ha realizado un censo formal al respecto, datos del Consejo Profesional Nacional de Ingeniería (Copnia) evidencian que se han expedido, de 1937 a 2017, un total de 429.460 tarjetas profesionales.
La Ingeniería y el desarrollo sostenible del país
El país ha tenido importantes avances en la definición de la política pública respecto al desarrollo sostenible. El 16 de marzo de 2018 se aprobó el Conpes 3918, el cual establece la hoja de ruta para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.Directriz que permitirá reglamentar en los diferentes sectores los lineamientos de desarrollo que deben incluirse dentro de los procesos de licitación, contratación, construcción y puesta en marcha de los proyectos de infraestructura.
La sostenibilidad debe exigirse, implementarse y evaluarse desde las tres perspectivas de desarrollo: ambiental, social y económica. Los proyectos de infraestructura deben caracterizarse por ir más allá de un cierre financiero. Si bien el componente económico es indispensable, las demás variables tienen un papel relevante, pues pueden poner en riesgo la sostenibilidad de la infraestructura en el futuro, ya sea por temas de seguridad para la población o por fenómenos como el cambio climático, grave problema ambiental al que nos enfrentamos en la actualidad.
Indudablemente, se ha avanzado en establecer criterios de sostenibilidad promoviendo el uso de nuevos materiales, especificaciones técnicas de diseño más eficiente y nuevas tecnologías de iluminación, entre otros.
Por ejemplo, desde la Vicepresidencia de la República, el Ministerio de Ambiente, el Instituto Nacional de Vías (Invías) y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), se impulsó el uso de mezcla asfáltica modificada con gránulo de caucho reciclado (GCR) en la pavimentación de los corredores viales denominados 4G.
Esta directriz permite que un problema ambiental, como es el almacenamiento de llantas usadas, se convierta en una solución para la mezcla asfáltica que se aplica en los pavimentos en vías nacionales y secundarias. Adicionalmente, se ha incentivado a los constructores que participen en licitaciones a hacer uso de esta alternativa dando puntajes adicionales que ofrezcan su aplicación en la construcción
de la vía.
Otro ejemplo notable de sostenibilidad es la construcción del viaducto de la Ciénaga de la Virgen, en Cartagena, una obra que incorporó tecnologías de última generación que permitieron reducir al mínimo la interferencia con las coberturas de manglar, e igualmente en varios sectores de la capa de rodadura se aplicaron mezclas modificadas con caucho para reducir el impacto sonoro por la fricción de las llantas, y de esta manera proteger las zonas de cría y reproducción de las aves migratorias presentes en la ciénaga.
Lo anterior es un buen ejemplo de una obra exitosa, realizada con calidad y con un decidido enfoque de respeto al ambiente y a las comunidades donde fue desarrollada.
En nuestro gremio hay una clara conciencia por desarrollar obras de calidad, pensadas en la sostenibilidad de largo plazo y bajo criterios de eficiencia ambiental y social, pero se requiere un desarrollo técnico y normativo que permita difundir estas prácticas y las convierta en actividades habituales en el ciclo de los proyectos.
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